martes, 1 de septiembre de 2009

Derecho a la información



Dado que vivimos en la sociedad del conocimiento, no entiendo porqué a cierta gente le encanta escatimar información. Quizá sea por una cuestión de poder, como sucede con el gobierno o en el indec, pero en mi caso particular siempre tropiezo con personas que pareciera lo hacen por deporte, porque les falta una horneada o porque simplemente quieren cagarte la existencia.

Resulta difícil tenerles piedad dado que tenés la acertada sospecha de que no es la primera vez que “se olvidan” de decirte lo más importante. Sin ir más lejos, hace unos días un empleado de personal, me llama para pasarme fecha, lugar, hora y condiciones para realizarme el pre-ocupacional. Por supuesto, me indicó los requisitos para la mitad de los análisis y la otra mitad la supuse y basada en mi experiencia previa, me adelanté a las circunstancias en mi favor. ¿Pero qué si no hubiera hecho el ayuno correspondiente y llevado el frasquito?

Obviamente, los peores exponentes son los de la telefonía e internet. Te hostigan a cualquier hora de la madrugada, uno medio dormido accede al servicio supuestamente más conveniente de llamadas a larga distancia gratis, y resulta que después te viene una cuenta más cara que 800 llamadas a Singapur. Querés mandar una carta con ántrax para matar a todos los de telefónica, pero tras el instante de furia recapacitás y te decidís por un llamado. Después de pasear por 50 conmutadores, la colombiana macanuda de telefónica que responde a tu queja, a 50000 km de distancia desde donde la empresa te brinda el servicio, te comenta que la promoción tenía un límite de 4 minutos gratis y después te empezaba a cobrar 8 pesos por pulso, pequeño dato que la limitada vendedora jamás te contó.

Para peor, el servicio de internet que también te brinda el grupo y por el cual te decidiste a comprar después de un arduo estudio comparativo con los competidores, en lugar de banda ancha de 1 mega, como acordaron, te puso la conexión más lenta del mundo. Osaste darlo de baja pero es más fácil encontrar a Yabrán que te desvinculen como cliente. ¿Y todo por qué? Porque no leíste la letrita cuerpo 6, que ni la mujer biónica pudo percibir, que decía al final del contrato que eras su rehén!! Detalle minúsculo que el empleado omitió aclararte cuando firmaste después de haber escuchado su discurso de venta por más de tres horas.

La omisión por ignorancia o estupidez no es la única causa. Es peor aún al que le encanta decirte una cosa por otra. “No hay problema, con fotocopia del dni alcanza no necesitás ningún otro papel ni una boleta pagada de servicio, nada”, afirma la empleada del video club, pero cuando quiero asociarme me faltaba el servicio a mi nombre. ¿Qué necesidad entonces de abrir la boca y dar mal la información? Si no sabe no cante!!!

Creo que el tema de escatimar información tiene mucha importancia porque influye en la valoración del tiempo, de la capacidad resolutiva, de la paciencia del otro. Ahora trato de adelantarme siempre, pero alguna vez caigo de nuevo en su trampa, es imposible preveer todo.

Mi propósito, entonces, es pedirle a aquellos escatimadores natos de información importante que por favor se apiaden un poco de sus víctimas y provean alguna vez la data completa de una y no de a puchitos, para que vivamos realmente en una sociedad del conocimiento.

1 comentario:

dvd dijo...

Hola, es la primera vez que entro al blog y la verdad que leí unas tres notas y me pareció bastante bueno. Seguí así. Felicitaciones.

dvd