Cual exponente de Caposotto, lo observaba detenidamente y llegué a la conlusión de que mi novio es un saunero marxista. Esta afirmación sobre sus gustos e idelogía, a primera impresión puede parecer un poco contradictoria pero cuento con fehacientes pruebas para demostrar que es una realidad.
Adicto al sauna, a la ducha finlandesa y al spa, pregona la revolución contra la pileta del club de barrio y el uso obligatorio de los zapatos proletarios de puntera metálica que debe calzarse para trabajar en la planta. Si bien cuan joven supo militar en la Franja Morada llegando incluso a postularse para un alto cargo en el centro estudiantil de su universidad y que su nombre fuera objeto de confesiones amorosas y apasionadas escritas en las puertas de los baños de chicas; hoy trabaja en una multinacional que produce más de mil pañales por minuto, ícono del capitalismo salvaje; un hecho que lo acerca más a su faceta de burgués amante del sauna y de la buena vida que a sus ideales de lucha, igualdad y revolución.
Un saunero marxista tiene gustos un tanto particulares. Es un entusiasta de las fincas y asiste a degustaciones organizadas por importantes bodegas, propone la dictadura de los vinos boutique y poner fin a la hegemonía de la coca-cola y demás gaseosas que se convirtieron en los productos dominantes y oprimen a las bebidas realmente espirituosas (como pueden ser los vinos, el champagne, el fernet, entre otras) que son los verdaderos refrescos que quitan la sed y liberan a las personas. Aficionado a la play y a los coches de alta gama, le hace huelga a la bicicleta y más de una vez ha tomado en su poder las bicicletas fijas del gimnasio para impedir su uso a los fanáticos del spinning.
En la rebeldía propia de la adolescencia vacacionó en campings y hostels, pues estaba en contra de las diferencia en la clase de servicio que proponen los hoteles y su categoría de estrellas, aunque hoy en día sólo se hospeda en los hoteles 5 estrellas para utilizar fervientemente los servicios de sauna desde las 8 am hasta las 10 pm, actividad que disfruta en especial cuando paga la empresa.
Como todo magnate del sauna lee las noticias financieras del diario o revistas de management tanto en el sauna húmedo (todo un verdadero revolucionario) como en el seco. Para un saunero de raza como él, la ducha común y corriente es el opio de las masas, culpable de no brindar la posibilidad a toda la gente de relajarse y perder grasas al transpirar sin hacer ejercicio. Quizá suene un poco contradictorio, pues acostumbra jugar unos partiditos de fútbol 5 entre amigos como para transpirar la camiseta, sin embargo ya está pensando en la posibilidad de pasearse por los campos de golf.
Para él la historia de su vida consiste en un devenir dialéctico entre los saunas húmedos y secos, en los cuales transcurrió gran parte de su tiempo mientras gestaba su obra cumbre Manifiesto en el Sauna, una proclama en la que establece los principios que rigen el correcto uso del sauna, sus beneficios y cómo puede liberar a la sociedad de la opresión que impone la simple ducha.
Está todo dicho, mi novio es un saunero marxista y hasta que pueda llevar a cabo su revolución, yo por mi parte, como lo amo tanto, ya estoy ahorrando para que podamos construirnos una casa con sauna.
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