martes, 28 de octubre de 2008

¿Siliconas o estudios? Inversiones rentables


Hoy más que nunca, con la crisis mundial del mercado de capitales, el Merval bajo tierra, la bolsa en llamas y el riesgo país que trepó hasta llegar a Plutón, es importante considerar en qué invertir. ¿Tetas o cabeza?¿Siliconas o estudios? Planteado el dilema existencial que debe afrontar toda mujer que quiera autosustentarse y forjarse un futuro, intentaré analizar los escenarios posibles.

Paradójicamente, ambas son inversiones que apuntan al largo plazo, que tienen un fuerte impacto en las expectativas propias y ajenas (en este punto me refiero al orgullo de los padres cuando su hija se gradúa, y al disfrute de un novio con unas talle 120), y que requieren de una suma considerable –al menos si se no se quiere terminar como Raquel Mancini y pasarse la vida en el quirófano porque te explotó un implante; y si se toma en cuenta la cuota mensual de una universidad (en caso de que sea privada) o los aranceles mínimos en concepto de contribución en el caso de una universidad pública, sumado al gasto en libros, fotocopias, viaje y demás– . 

También ambas comparten una cuota de riesgo importante: podés tener problemas como consecuencia de una malapraxis, o trabajar de otra cosa diferente a la que te formaste, pueden ser dos ejemplos.

Pero fundamentalmente, creo que el factor principal y diferenciador que influye en la elección de alguno de estos caminos es el esfuerzo. Las jóvenes entonces, al momento de decidir su vocación, se formulan la pregunta animal ¿cultivar el cuerpo o la mente? Algunas, optan por una elección dual que resulta en una duda eterna sobre qué priorizar en cada momento. Otras, escasas, eligen el camino de la intelectualidad y se proponen realizar terciarios, carreras, seminarios, especializaciones, doctorados, etc. mientras sueñan con recibir el Nóbel de la Paz, sacar el best seller del año, ser una empresaria exitosa, o una médica sin fronteras.   

La mayoría, por su parte, decide invertir en tetas para volverse modelo, vedette, actriz, o simplemente para salir en la tapa de alguna de las revistas de chismes o de hombres. No importa si no saben hablar, actuar, bailar, cantar o conducir. Todas estas son habilidades prescindibles cuando se cuenta con un par de melones importantes. Cualquier mina con tetas tiene, micrófono, espacio o un puesto de trabajo.

Las tetas son garantía de éxito y a lo sumo, cuanto menos, ofrecen un minuto de fama, que en términos de retorno cubre la inversión inicial y deja todavía una buena suma de ganancia que puede multiplicarse para quien la sepa manejar. Cabe señalar, en este punto, que puede acontecer lo inverso: por un hecho fortuito o intencional la agraciada vive su minuto de fama y luego se las hace; como le sucedió a Evangelina Carrozo con su no a las papeleras en la cumbre de Viena. Además, Carrozo fue la embajadora de la tendencia “tetas políticas”, una mezcla de orgullo mamario y ciudadanía responsable, que tiene como nueva referente a Telpuk y la misteriosa valija. En ambos casos, su salto al estrellato efímero es precedido por la difusión de sus pechos ideológicos exhibidos en tapas de revistas como Playboy, Maxim, Hombre, entre otras.

El paradigma de las siliconas ya está instalado en nuestra sociedad, y ya sea por el incentivo de la imagen que difunden los medios, los boliches que rifan cirugías, la inseguridad de muchas mujeres, la obsesión que tienen los hombres por el tamaño, o la ambición desmedida de los cirujanos plásticos, está despertando un nuevo interrogante en las adolescentes y jóvenes que buscan consolidar un proyecto de vida. ¿Siliconas o estudios?  

1 comentario:

Unknown dijo...

Si bien en mi caso he invertido en siliconas, lo hice años después de haber invertido en el estudio! De ninguna manera creo que sea una cosa o la otra. El estudio es y debe ser siempre -a mi entender- la prioridad número uno de cualquier ser humano.
Tampoco estoy de acuerdo con la moda de sortear la operación en un boliche o del hecho de que, porque las tengo, ando en tetas por la calle. En mi caso por ejemplo, tuve un post-operatorio no demasiado bueno (se me abrió uno de los puntos), que me llevó más reposo del esperado...
Estoy contenta con la inversión, pero yo lo hice por una cuestión propia, de hallarme como mujer luego de una traumática relación en la cual fue denigrada como mujer. Por eso cuando mi cuñada me dice "tenés que mostrar más y aprender a ser más puta", no comparto ni su comentario, ni su sentir.
Creo que cada decisión que una toma de este tipo "estético": tatuarse, ponerse un piercing o hacerse las lolas, debe ser meditado y analizado a conciencia, pero nada de todo esto puede dejar de lado el estudio. Porque a no ser que seas la Salazar, unas buenas gomas te pueden conseguir un laburo, pero si no tenés cabeza, no lo podés mantener.