jueves, 16 de octubre de 2008

El atroz encanto de la joggineta


Lo aclaro desde el vamos: soy una chica de joggineta. No existe para mí un placer igual al de llegar a mi casa después de una cansadora jornada laboral, sacarme las botas, revolearlas al mejor estilo nueve semanas y media, y ponerme la joggineta. 

Entiendo que este simple acto pueda percibirse como irrelevante pero son esos minúsculos sucesos los que establecen la diferencia entre sentirse bien y sentirse en la cima, y en mi caso introducirme en la joggineta es la mejor parte en mi ritual de arribo. Porque joggineta es libertad. 

Libertad para moverme; para tirarme cómoda en el sillón (que a riesgo de rima interna voy a confesar que se trata de un colchón y varios almohadones dispuestos en mi pseudoliving) y hacer zapping sin otro motivo que la distensión; para leer un libro; para comerme todo con la excusa de unos mates y para tantas otras cosas que son mejores y más ocurrentes que las que acaban de venir a mi mente. 

La joggineta y yo somos una, como las hermanas Liliana y Marisa Kuegler, como She-ra y Adora, como… ( uno como ¿Ortega y Gasset? ¡Gracias Karina!)

En esta declaración de principios y  ferviente defensa de la joggineta, es que me atrevo a postular que la moda sí incomoda -y sigo con la rima interna- y que sentirse libre de movimiento constituye lo primero.

A las mujeres que osan reemplazarlo con otras prendas más chik, les digo no se engañen: jean, pollera, pantalón pinzado, chupín, ninguno de ellos podrá suplir al jogging ni en mil años. Creerlo es tan ingenuo como pensar que él tiene sólo ojos para vos. Y hablando de él es que caigo en la cuenta del motivo por el cual algunas representantes del género traicionan su libido en pos del “enganche” y van igual de arregladas a la fiesta de Gente que al super chino. 

A ellas, que visten impecables y hasta se van dormir maquilladas como en las novelas venezolanas, voy a compartirles un secreto: no es bueno reprimir. Resulta imposible estar siempre divinas, las 24 horas. Es mito, no realidad. En algún momento se cansarán y ese candidato que engancharon en la cola del super cuando descubra la verdad oculta, saldrá corriendo ante tamaña desilusión.

Por eso insisto, como 7up, las cosas claras, las cosas como son. Mi nombre es Diana y soy chica de joggineta.

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