lunes, 23 de noviembre de 2009

Noticiero futbolístico

No hay peor cosa que amanecer con el noticiero de fútbol. Como si ahora con la televisación gratuita fuera poco, la última moda de mi novio es clavar a las 7.30 de la mañana, un momento del día en que una busca más un besito de buenos días, un abrazo cariñoso o un desayuno en la cama, el resumen futbolístico en el que cuatro aspirantes frustrados a directores técnicos –devenidos en habladores más que periodistas deportivos- se ponen a analizar un partido de la Z entre Club Atlético Claypole y el Deportivo Yupanqui, que encima terminó en empate, obviamente 0 a 0.

Cuando no es un debate del juego Rumania vs. Camerún en el mundial del `80 o los penales en la final de la Libertadores, torneo en el que en esa oportunidad ni siquiera ganó su boquita.

Para incrementar mi fastidio, en todo momento del día repiten las jugadas, pasan el ranking de mejores atajadas, los peores caños, la vida de Goyco, cuestión de que en cualquier zapping que mi adorado ejecuta con el control remoto (que bien lo tiene adosado a su manito y pareciera que si se lo saco le agarra un panic atack) termino viendo lo mismo: fútbol!

Por las noches, cuando por fin me acuesto exahusta por el día de trabajo tyc sports se entremezcla en mis sueños y aparece el gordo Bonadeo en escena, aconsejándome sobre el vestido que debo ponerme, junto a mi mamá y mi hermana, mientras me preparo para recibir el premio Cervantes a la revelación literaria del año -porque todo es posible en los sueños-, en un crucero lleno de hippies con destino a la Polinesia.

Ni en mis más íntimos deseos la pesadilla futbolística me deja en paz. Por supuesto que no puedo dejar de citar el infaltable Olé, que hace de lectura recreativa para el baño a la vez que lo decora. El banderín con su nombre y los colores de su cuadro, que pende orgulloso de la biblioteca, un ámbito donde una se dispone a concentrarse y no a brotarse mientras en un descanso de tanto estudio, tuviste que contemplar también los recuerdos futboleros.

La pasión en la pareja es directamente proporcional al resultado del partido. Si ganó boquita está dispuesto a cocinarte una cena afrodisíaca, sorprenderte con un lindo regalo y es puro fuego. Pero si perdió agarrate… un humor como lo que se conoce “de mierda”. Podés pasearte en tanga, disfrazada de vedette con plumas y todo, que nada. Te va a mirar y preguntarte si te disfrazaste de pavo real, y dónde está la cerveza para terminar de hacer fondo blanco e irse a la cama porque está “muerto” de la depresión.

Así es chicas, el fútbol gratis no se trata de un acto de democratización por parte de nuestra adorada presidenta, sino de una evidente declaración de guerra contra el género femenino.

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